LA no puede esperar otra década para lidiar con los compuestos tóxicos en nuestro océano
Necesitamos su ayuda para hacer responsables a los contaminadores y a sus aliados políticos.
Una reciente investigación del LA Times destapó que la corporación contaminadora Montrose no solo vertió medio millón de barriles con residuos contaminados con DDT en la bahía, el doble de lo estimado, sino que junto a agencias del gobierno escondieron el vertido cerca de la isla Catalina durante décadas, exponiendo a personas, animales y ecosistemas marinos enteros a uno de los compuestos químicos tóxicos más peligrosos que se ha hecho nunca.
Heal the Bay está presionando a las agencias y a los cargos electos para que se ocupen de limpiar el DDT y protejan la salud pública.
Foto de LA Times, David Valentine, ROV Jason
Originalmente desarrollado como insecticida, el compuesto químico DDT es conocido hoy en día por su impacto en la salud y la destrucción del medioambiente. El DDT es especialmente devastador porque nunca desaparece. El productor de DDT más grande de los Estados Unidos, Montrose Chemical Corporation, tenía su base en Torrance entre 1947 y 1982. Y durante esa época vertieron cientos de toneladas de residuos tóxicos al océano en la zona de Palos Verdes. Fueron a juicio y terminaron pagando un acuerdo, y el área fue designada como superfund site (zonas contaminadas de Estados Unidos que requieren una respuesta de limpieza a largo plazo por contener contaminantes nocivos) por la EPA en 2000.
Décadas más tarde, nos enteramos de que la misma corporación contaminadora vertió cerca de la isla Catalina el DOBLE de DDT que se había estimado previamente, junto a otros compuestos tóxicos además. Nadie está rindiendo cuentas por ese medio millón de barriles que se están filtrando a nuestro suelo marino hoy en día.
Las agencias gubernamentales necesitan redoblar sus esfuerzos de una forma clara. No nos podemos escurrir de estos desastres del pasado. Y tampoco podemos ignorar los retos que suponen estos compuestos tóxicos para el presente y el futuro.
Las pruebas demuestran que el DDT ha entrado en la cadena alimenticia, afectando la salud de miles de personas que comen alimentos del mar procedentes de la bahía, y también está llevando a especies, como las águilas calvas, hacia la extinción. La comunidad científica y los expertos en salud están preocupados por el impacto a largo plazo de la bioacumulación de DDT en el océano.
LA no puede esperar otra década para lidiar con los compuestos tóxicos en nuestro océano. La crisis climática está acelerando la subida del nivel del mar y las temperaturas, que ya de por sí tienen un impacto suficientemente negativo en el océano y nuestras comunidades.
Heal the Bay está lista para embarcarse en otra batalla para proteger nuestro océano, hacer responsables a los contaminadores, y a mantener al público, especialmente a los pescadores locales y usuarios recreativos del agua, informados sobre los riesgos para la salud del legado tóxico de DDT en LA. Su contribución posibilita nuestra misión de mantener el agua limpia para todos. Done a Heal the Bay.
Traducido por Beatriz Lorenzo