Barriles de DDT cerca de la isla Catalina: Preguntas y respuestas con Shelley Luce
El equipo de comunicaciones de Heal the Bay conversó con Shelley Luce, directora ejecutiva de Heal the Bay, y discutió a fondo su reacción a la historia del diario Los Angeles Times que descubrió el vertido de barriles con DDT cerca de la isla Catalina que ocurrió hace más de tres décadas.
¿Cuál es tu reacción al artículo reciente del LA Times sobre la contaminación por DDT en la Bahía de Santa Monica?
Estoy impactada. Conocemos el sitio superfund de Palos Verdes. Fuimos parte de las investigaciones científicas y legales que se realizaron en las décadas los ‘80 y ‘90. En 1990, los EE. UU. y agencias estatales, presentaron una demanda contra Montrose Chemical Corporation y otras tres empresas, que finalmente se resolvió en el 2001. Heal the Bay ayudó a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) a crear el Programa Educacional Pesquero para informar a los pescadores locales de subsistencia sobre cómo los desechos tóxicos contaminan a los peces que capturan para sus familias y cómo mantenerse sano y salvo.
Pero estos barriles de DDT arrojados cerca de Catalina no formaron parte de la discusión.
Se necesitaron años para negociar los requisitos de limpieza para el sitio de Palos Verdes. Es simplemente inimaginable que la EPA, el Departamento de Justicia (DOJ) y la Junta Estatal de Control de Recursos Hídricos sabían sobre la contaminación adicional y no la incluyeron en los requisitos de limpieza y mitigación.
Los impactos de medio millón de barriles con fugas de DDT son de largo plazo.
El DDT es una sustancia química devastadora porque persiste en el medio ambiente y porque puede ingresar a la cadena alimenticia, biomagnificarse, causar daño a un número incalculable de peces, mamíferos marinos y aves, así como tambien a personas en comunidades vulnerables. Este devastador descubrimiento de barriles con DDT en aguas cercanas a la isla de Catalina es otro golpe para nuestro océano. Los océanos ya están afectados por los impactos del cambio climático, calentamiento y acidificación, sobrepesca y por la contaminación de otros productos hechos por el hombre destinados a “mejorar” la vida, como los plásticos, que nunca se biodegradan ni abandonan el medio ambiente.
¿Qué podemos hacer para responsabilizar a los contaminadores?
Es muy dificil. A veces, como organizaciones sin fines de lucro, tenemos que luchar contra corporaciones poco éticas e incluso con nuestros propios gobiernos. Hoy hablamos del DDT de Montrose Chemical Corporation, el mes pasado vimos como a Exide se le permitió alejarse del desastre tóxico que crearon durante tres décadas y que afectó a más de 10,000 propiedades residenciales y a más de 110,000 residentes en el este de Los Angeles, Boyle Heights, Commerce, Bell Gardens, Vernon, Cudahy, Maywood, Bell y Huntington.1
Las corporaciones pueden irse, los funcionarios de gobierno lo pueden hacer tmbien, pero nuestras comunidades se quedan.
Este DDT fue vertido hace décadas y se pudo llegar a un acuerdo para cubrir parte de esa contaminación. Ahora tenemos que renovar esa lucha para que estos contaminadores rindan cuentas.
Comenzaremos preguntando a la EPA, Departamento de Justicia (DOJ,por sus siglas en inglés), Comisión Costera y Junta Estatal de Control de Recursos Hídricos qué jurisdicción tienen para hacer más reclamos contra las partes responsables del vertido de DDT y colaborar con agencias que demuestren que quieren solucionar este problema. Exigimos soluciones y tomaremos medidas para lograrlas.
¿Qué más se necesita hacer para proteger a las comunidades y sus hábitats?
Además de la acción legal, hay tres cosas que debemos hacer:
1. A través de nuestro Programa Educacional Pesquero, Heal the Bay ha educado a más de 170.000 pescadores de muelles y zona costera en los condados de Los Ángeles y Orange sobre los riesgos de consumir peces locales contaminados con DDT y PCB y necesitamos mucha más educación para las personas que dependen de los peces que capturan para alimentar a sus familias. Esto debe estar dirigido para llegar a las personas más vulnerables, en sus propios idiomas y en los lugares donde se sientan cómodos para recibir esta información.
2. Necesitamos un monitoreo más frecuente y extenso de los sedimentos, peces del océano y peces capturados para la venta, para poder determinar los niveles de contaminación que pueden dañar a los animales y a las personas que los consumen.
3. Debemos buscar la forma de limpiar el DDT y PCB que se encuentran en nuestro océano. Sabemos que el proyecto piloto para cubrir parte del sitio de Palos Verdes no fue exitoso, pero no significa que lo olvidemos. La EPA, Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y otras agencias deben convocar a expertos que puedan dar soluciones, hasta encontrar la forma de lidiar con este legado tóxico.
¿Qué crees que debería hacerse? Contáctanos.