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Heal the Bay Blog

Category: Angler Outreach Program

Heal the Bay’s Angler Outreach Program Manager, Frankie Orrala, highlights the history and significance of Venice Pier.

The Santa Monica Bay, spanning from Point Dume in Malibu to the Palos Verdes Peninsula, offers spectacular beaches and fabulous scenic views, as well as fishing piers. Several piers stretch out into the bay, in Malibu, Santa Monica, Venice, Manhattan Beach, Hermosa Beach, and Redondo Beach. Because fishing licenses are not required on piers, they are some of the most popular spots for recreational and subsistence (those who are fishing for food for their family/relatives) anglers.

Venice Pier is one of the oldest, most active piers when it comes to Southern California fishing. Venice Pier, built in 1965, was closed for more than a decade starting in 1986 due to damage and disrepair, but was triumphantly re-opened to the public in 1997 thanks to the vocal advocacy of local residents. The restored pier is fully accessible, with lights, benches, and fish cleaning stations. The surface of the pier is made of concrete and has designated areas for wheelchair accessibility. The pier is managed by the City of Los Angeles Department of Parks and Recreation and is open to the public from 6 a.m. until midnight.

Fishing at the Venice Pier is relaxing and many anglers enjoy this place for its tranquility, for the occasional presence of sea lions, dolphins, a variety of seabirds, and because there are no shops or restaurants that disturb the serious anglers’ focus. Over the years, I have observed a number of different species caught off of this pier, including mackerel, sardines, topsmelt, jacksmelt, corbina, white croakers, surfperch, opaleye, rays, and certain types of sharks.

The Venice Fishing Pier attracts a wide diversity of anglers, and you will often hear a variety of languages ​​such as Spanish, Tagalog, Vietnamese, Chinese, and Russian, among others spoken by the fishermen. Heal the Bay has worked on this pier for 17 years through the Angler Outreach Program (AOP), educating anglers about fish contamination in all 5 of these languages, particularly to help educate them about the dangers of consuming fish which contain high levels of contaminants.

If you’ve been to the Venice Pier, you may have noticed that it, as well as other piers in Santa Monica Bay, has signs posted by the U.S. Environmental Protection Agency to inform anglers about the risks of consuming contaminated fish. Venice is within the red zone established by the California Office of Environmental Health Hazard Assessment (OEHHA), which indicates a higher level of health risk from consuming certain fish in these areas. However, many anglers are still unaware that there are certain fish that should not be consumed due to their high levels of DDT, PCBs, and Mercury. One of the goals of the Angler Outreach Program is to educate anglers about the riskiest fish, which are white croaker, topsmelt, barred sand bass, black croaker, and barracuda. Due to high concentrations of contaminants, these fish should not be consumed.

Heal the Bay’s Angler Outreach Team aims to educate pier anglers about the dangers of consuming high-risk fish species, and make recommendations about the consumption of other fish within the red zone. Any other fish that is not on the list of the most contaminated should be consumed according to the regulations established by the health authorities. The safest way to prepare the fish is to only eat the fillet, discarding head, skin, and innards.

While Heal the Bay’s Angler Outreach Program is observing safety measures due to COVID-19, we are still educating folks about the issue through our blog posts, social media, and educational presentations in English and Spanish— and we are eagerly looking forward to a time when we can get back out and talk directly to anglers.

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La bahía de Santa Mónica, que se extiende desde Point Dume en Malibú hasta la península de Palos Verdes, ofrece playas espectaculares y fabulosas vistas panorámicas, así como muelles de pesca que las convierten en destinos deseables para quienes disfrutan de la pesca. Varios muelles se extienden a lo largo de la bahía, en Malibú, Santa Mónica, Venice, Manhattan Beach, Hermosa Beach y Redondo Beach. Debido a que no se requieren licencias de pesca en los muelles, estos son algunos de los lugares más populares para los pescadores recreativos y de subsistencia (aquellos que pescan para alimentar a sus familias).

Venice Pier es uno de los muelles más antiguos y activos en lo que respecta a la pesca en el sur de California. Venice Pier, construido en 1965, estuvo cerrado durante más de una década a partir de 1986 debido a daños y desperfectos, pero fue reabierto triunfalmente al público en 1997 gracias al apoyo de sus residentes locales. El muelle restaurado es totalmente accesible, tiene luces, bancas y estaciones de limpieza para los pescados. La superficie del muelle está hecha de concreto y tiene áreas designadas para personas en sillas de ruedas. El muelle es administrado por el Departamento de Parques y Recreación de la Ciudad de Los Ángeles y está abierto al público desde las 6 a.m. hasta la medianoche.

La pesca en el muelle de Venice es relajante y muchos pescadores disfrutan de este lugar por su tranquilidad, por la presencia ocasional de lobos marinos, delfines, una variedad de aves marinas, y porque no hay tiendas ni restaurantes que perturben la actividad pesquera. A lo largo de los años, he observado varias especies diferentes capturadas en este muelle, incluyendo macarelas, sardinas, topsmelt, jacksmelt, corbina, corvineta blanca, mojarras, opaleye, rayas y ciertos tipos de tiburones.

El muelle de pesca de Venice atrae a una amplia diversidad de pescadores, y a menudo se puede escuchar una variedad de idiomas como español, tagalo, vietnamita, chino y ruso, entre otros que hablan los pescadores. Heal the Bay ha trabajado en este muelle durante 17 años a través del Programa Educaional Pesquero (AOP), por sus siglas en inglés), educando a los pescadores sobre la contaminación de peces en 5 diferentes idiomas, particularmente para ayudarlos a educar sobre los peligros de consumir peces que tienen altos niveles de contaminantes.

Si has estado en el muelle de Venice, es posible que hayas notado que, al igual que otros muelles en la bahía de Santa Mónica, tienen señales colocadas por la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. para informar a los pescadores sobre los riesgos de consumir peces contaminados. Venice se encuentra dentro de la zona roja establecida por la Oficina de Evaluación de Peligros para la Salud Ambiental de California (OEHHA, por sus siglas en inglés), lo que indica un mayor nivel de riesgo para la salud por consumir ciertos peces dentro de esta área. Sin embargo, muchos pescadores desconocen que hay ciertos pescados que no se deben consumir debido a sus altos niveles de DDT, PCB y mercurio. Uno de los objetivos del programa AOP es educar a los pescadores sobre los peces más riesgosos, como son la corvineta blanca, pejerrey, cabrilla, corvineta negra y barracuda. Debido a las altas concentraciones de contaminantes, estos peces no se deben consumir.

El equipo educational de Heal the Bay tiene como objetivo educar a los pescadores de muelles sobre los peligros de consumir especies de peces de alto riesgo y dar recomendaciones sobre el consumo de otros peces dentro de la zona roja. Cualquier otro pez que no esté en la lista de los más contaminados debe consumirse de acuerdo a las normas establecida por las autoridades sanitarias. La forma más segura de preparar el pescado es comer solo el filete, descartando la cabeza, piel y las visceras.

Si bien el Programa Educacional Pesquero de Heal the Bay está observando todo tipo de medida de seguridad debido al COVID-19, todavía continuamos educando a la gente sobre el tema a través de nuestro blog, redes sociales y presentaciones educativas en inglés y español, y esperamos ansiosamente el momento cuando podamos salir y hablar directamente con los pescadores.

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See all of our Angler Outreach Program blogs. 



Foto de Frankie Orrala

En el extremo suroeste del condado de Los Ángeles se encuentra la península de Palos Verdes. Esta área es conocida por su espectacular vista al mar y sus grandes mansiones, pero cerca de la costa hay un área de sedimentos altamente contaminados. El sedimento contaminado se encuentra en el Océano Pacífico a profundidades de 150 pies o más, demasiado profundo para el contacto humano. Sin embargo, los peces que se encuentran en el área de la plataforma Palos Verdes contienen altas concentraciones de DDT y PCB y continúan representando una amenaza para la salud humana y el medio ambiente natural .


Foto de Frankie Orrala

En una visita reciente a Royal Palms, una zona intermareal en la península de Palos Verde, tuve la oportunidad de observar y hablar con pescadores recreativos y de subsistencia. La pandemia del coronavirus parece haber aumentado el número de estos pescadores y recolectores , quizás como fuente alternativa de alimento para sus familias, ingresos alternativos o simplemente un escape recreativo.

La pesca y la recolección son legales en ciertas áreas siempre que se tenga una licencia de pesca y se respeten las regulaciones. Desafortunadamente, también ha habido informes recientes de personas que no siguen las regulaciones, como no tener una licencia, tomar por encima de los límites legales de captura, tomar especies que están fuera de las tallas permitidas o capturar dentro de Áreas Marinas Protegidas (AMP).

 

 


Foto de Emily Parker

Cuando está saludable, esta zona intermareal muestra una abundancia de vida, que incluye mejillones, caracoles, erizos de mar, anémonas y peces como garibaldi, percas y señoritas. En este día en particular, hubo grupos de familias con niños disfrutando de la variedad de organismos que se pueden encontrar en estas áreas. También hubo varios pescadores que, cuando se les preguntó si sabían que hay ciertos pescados que la gente no debería comer, respondieron que no, y que estaban allí para pescar y llevarse a casa lo que pescaran.

A pesar de los esfuerzos concertados del Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California y organizaciones locales como Heal the Bay, LA Waterkeeper y USC Sea Grant, todavía parece haber un obstáculo para hacer llegar información a estos pescadores, muchos de los cuales son personas de color o de quien el inglés parece ser su segundo idioma. Las comunidades de color tienden a ser las más afectadas por la contaminación y los impactos en la salud del COVID-19. Durante mi tiempo allí, compartí información con los pescadores sobre qué peces son seguros para comer y cuáles no.

Entonces, ¿qué peces son seguros?

Qué pescado es seguro para comer depende del área de donde proviene el pescado . Las áreas de pesca en la zona roja (lo que significa niveles más altos de contaminación) incluyen la playa de Santa Mónica al sur del muelle de Santa Mónica hasta el muelle de Seal Beach en el condado de Orange, incluida la península de Palos Verdes. Algunas áreas de pesca en la zona amarilla incluyen los muelles en Ventura, Malibu, Huntington Beach y San Mateo Point. El programa educacional pesquero de Heal the Bay ha educado a miles de pescadores de muelle sobre la contaminación de los peces en el sur de California y tuve la oportunidad de educar a pescadores de la costa en la península de Palos Verdes durante esta pandemia también.

El Programa Educacional Pesquero se ha dirigido específicamente a los pescadores de muelle para la educación porque los muelles concentran a los pescadores más vulnerables a la contaminación, los pescadores de subsistencia, dado que no se requieren licencias de pesca para la pesca en los muelles. Sin embargo, con la pandemia que obliga al cierre de los muelles,  las personas buscan mantenerse físicamente distanciadas y alejadas de los muelles reabiertos, y las dificultades económicas, es posible que debamos reconsiderar nuestro programa educacional para asegurarnos de que los Angelinos nos mantenemos sanos y bien informado sobre la contaminación de peces.


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Photo by Frankie Orrala

In the far southwest of Los Angeles County is the Palos Verde Peninsula. This area is known for its ​​spectacular ocean views and high-priced mansions, but just offshore is an area of ​​highly contaminated sediment. The contaminated sediment lies in the Pacific Ocean at depths of 150 ft. or greater, too deep for human contact. However, the fish found in the Palos Verdes Shelf area contain high concentrations of DDT and PCBs and continue to pose a threat to human health and the natural environment.


Photo by Frankie Orrala

On a recent visit to Royal Palms, an intertidal zone on the Palos Verde Peninsula, I had the opportunity to observe and talk with recreational and subsistence anglers. The coronavirus pandemic seems to have increased the number of these anglers and harvesters, perhaps as they look for an alternative food source for their families, alternative revenue during difficult financial times, or just a recreational escape.

Fishing and collecting are legal in certain areas as long a fishing license is in possession and regulations are respected. Unfortunately, there have also been recent reports of people not following the regulations, such as not having a license, taking above legal bag limits, taking species that are off-limits, or collecting and harvesting in Marine Protected Areas (MPAs), which are off-limits for this type of activity. While a few of the anglers I spoke with had licenses, knew the rules, and knew which species and how many or the sizes they could take, this doesn’t seem to be the case across the board.


Photo by Emily Parker

When healthy, this intertidal zone displays an abundance of life, including mussels, snails, sea urchins, anemones, and fish such as garibaldi, perch, and señoritas. On this particular day, there were groups of families with children enjoying the variety of organisms that can be found in these areas. There were also several anglers who, when asked if they were aware that there are certain fish that people should not eat, they replied no, and that they were there to fish and take home whatever they caught.

Despite concerted efforts from the California Department of Fish & Wildlife and local organizations like Heal the Bay, LA Waterkeeper, and USC Sea Grant, there still seems to be a hurdle in getting information to these anglers, many of whom are people of color or for whom English seems to be their second language. Communities of color tend to be the most impacted by pollution as well as the health impacts of COVID-19. During my time there I shared information with the anglers on which fish are safe to eat and which are not.

So, What Fish Are Safe?

What fish are safe to eat depends on the area your fish is coming from. Fishing areas in the red zone, (meaning higher levels of contamination) include Santa Monica beach south of Santa Monica Pier to Seal Beach Pier in Orange County including the Palos Verde Peninsula. Some fishing areas in the yellow zone include the piers in Ventura, Malibu, Huntington Beach and San Mateo Point. Heal the Bay’s Angler Outreach Program has educated thousands of pier anglers about fish contamination in Southern California and I was able to have the opportunity to educate shoreline anglers on the Palos Verdes Peninsula during this pandemic as well.

The Angler Outreach Program has specifically targeted pier anglers for education because piers concentrate the most pollution-vulnerable anglers, namely subsistence anglers given that fishing licenses are not required for pier fishing. However, with the pandemic forcing the closure of piers, with people looking to stay physically distanced and away from re-opened piers, and economic hardship, we may need to re-think our outreach to make sure we are keeping Angelenos healthy and well-informed about contaminated fish.


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Heal the Bay’s MPA Watch and Outreach Associate, Forest Leigh Curtis, breaks down the science behind pollution bioaccumulation in marine ecosystems, and how local anglers can safely consume fish.

The first time that I was told that the skin of fish caught near Los Angeles could be toxic to eat, the scientist in me was intrigued. Because it is said that fish’s skin can become a “reservoir for toxins,” I wondered if that were additionally true for human skin and I wanted to know what biological mechanisms allowed fish skin to perform this weird function. Perhaps toxins in the water absorb and accumulate in the fish skin? Let’s dive in and investigate. 

The toxins in question here are various molecules known as persistent organic pollutants (POPs), which include the chemicals (DDT) and (PCBs)DDT is an industrial pesticide, and is no longer allowed in the US. PCBs can be found in today’s electrical equipment, but used to be very common and found in insulation, coolants, adhesives, ink, pesticides, and other products. POPs are known for their long-term resistance to decomposition, also known as persistence, as well as their organic nature that allows them to accumulate in the bodies of plants and animals.  

There are many well-documented health and cultural benefits for eating fish, and POPs do not prevent locallycaught fish from being beneficial, but their presence means that local anglers need to be mindful with the types of fish they eat and how they prepare them. Los Angeles is home to many subsistence anglers who rely on fishing for their main source of protein, and these communities are the most vulnerable to POPs.  

It is unfair to ask anglers to change their behavior to protect themselves from pollution that they had no part in creating, and this is a direct example of an environmental justice issue. Where pollution goes is a calculated decision corporations and lawmakers make, and those decision-makers are fully aware of the impacts of those decisions. While POPs are a global concern, it is clear that the majority of public health impacts from this pollution, including cancer and reproductive disorders, are disproportionately experienced by frontline communitieswhich are comprised largely of BIPOC and people of lower socio-economic status.

So, how did these pollutants get in the environment in the first place? 

POPs are a result of local contamination of LA’s sediment, soil, and groundwater. The largest example in LCounty was caused by the Montrose Chemical Corporation, near Torrance. From the 1940s to the 1970s, this factory manufactured DDT and disposed of its waste, including DDT and PCBs, into the sewer system for 28 years, which at the time, released directly into the ocean without treatment. Hundreds of tons of DDT and PCBs were released into the ocean off the Palos Verdes PeninsulaWhile the manufacturing and untreated disposal of DDT has been banned in the United States, the molecule itself still persists in our local water and seafood.  

Now, back to the question about fish skin. POPs are a particular threat in fish because marine and freshwater ecosystems are significant reservoirs for persistent pollutants. POPs are brought to aquatic locations by runoff, wind, or other means, and they stay in those ecosystems sequestered in organic sediments. These sediments are sometimes known as “sinks” because they can harbor POPs for hundreds of years.

These POPs are brought into the food chain by bottom feeding fish. Pollutants accumulate up the food chain, concentrating to levels that can be thousands of times higher than in the water around themotherwise known as bioaccumulationIn addition, plastic pollution is widespread, and further exacerbates the issue. If microplastics are present in the water, POPs adhere to the plastic, concentrate further, and lead to the risk of even higher concentrations of POPs entering the food chain. 

Fish mainly absorb POPs from sediment. Bottom feeding fish stir up sediment to find food, absorbing POPs through their food and digestive tracts as well as their gillsOnce inside the body, POPs dissolve into the fish’s fat for long-term storage. Normal fat stores in fish (and in humans) are located in the liver and the subcutaneous fat, which is the layer of fat directly under the skin. That said, it’s not technically the skin of the fish that stores the pollutants, but the layer of fat just below the skin. When eating potentially contaminated fish, removing the fish skin also removes this layer of fat where the POPs are stored. And that’s why it is recommended to skin certain types of fish caught in LA before eating. 

How does this relate to Heal the Bay? 

Heal the Bay’s Angler Outreach Program educates pier and shore anglers in Los Angeles and Orange County about the risks of consuming fish contaminated with DDT and PCBs. Created in 2003, the program is a component of the Fish Contamination Education Collaboration (FCEC) and managed by the US Environmental Protection Agency (EPA) as part of a far-reaching public education and outreach program. 

What can we do about this pollution? 

Los Angeles is taking measures to reduce pollution. It’s nearly impossible to remove POPs from our environment and wildlife, so the goal is to stop any more from entering. The next storm drain permit, also known as the municipal sperate storm sewer system (MS4) permit, could be strong enough to enforce and reduce local pollution via the regulation of industrial discharge of wastewater into storm drains. A recent supreme court decision  reinforced MS4 permit regulatory standards. 

Individually, the best first step is to educate yourself on which fish are safe to catch and eat   in Los Angeles and how to prepare them safely. To advoate for clean water, you can contact your local water board and share your support for a simple, transparent, measurable, and enforceable MS4 permit that reduces the amount of new pollutants that enter our environment. Read our recent blog on the MS4 permit to learn more and sign up to stay updated on MS4 calls to action.  


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La primera vez que me dijeron que la piel de ciertos peces capturados cerca de Los Ángeles era tóxica para comer, me intrigó. Nunca había escuchado que la piel humana desempeñara un papel de “depósito de toxinas”, y me preguntaba qué propiedades especiales tenía la piel del pescado que le permitían albergar estas toxinas. Mi primer pensamiento fue que quizás las toxinas en el agua absorbidas a traves de la piel se acumulan allí. Al investigar más sobre el tema, esa no fue la respuesta que encontré.

Las toxinas en cuestión aquí son varias moléculas conocidas como contaminantes orgánicos persistentes (COP), que incluyen los químicos (DDT) y (PCB). Los COP son conocidos por su resistencia a la descomposición a largo plazo, también conocida como persistencia, así como por su naturaleza orgánica que les permite acumularse en los cuerpos de plantas y animales.

Hay muchos beneficios culturales y de salud bien documentados para comer pescado y los COP no impiden que los peces capturados localmente sean beneficiosos, pero su presencia significa que los pescadores deben tener en cuenta los tipos de pescado que comen y los métodos de preparación.

Los Ángeles es el hogar de muchos pescadores de subsistencia que dependen de la pesca como fuente principal de proteínas, y estas poblaciones son las más vulnerables a los COP. Estas preocupaciones con las fuentes locales de alimentos capturados en el medio silvestre provienen de la contaminación local de los sedimentos, suelos y aguas subterráneas de Los Ángeles.

El mayor ejemplo de contaminación por COP en el condado de Los Ángeles fue causado por la compañía Montrose Chemical cerca de Torrance. Esta fábrica elaboró DDT y eliminó sus desechos, incluidos DDT y PCB, en el sistema de alcantarillado durante 28 años, que en ese momento se liberaron directamente al océano sin tratamiento. Más de cien toneladas de DDT y once toneladas de PCB fueron liberadas en el océano frente a la península de Palos Verdes. La fabricación y  uso doméstico del DDT se prohibieron en los Estados Unidos en 1972, sin embargo, la molécula misma persiste en nuestra area y en los mariscos hasta el día de hoy.

El Programa Educacional Pesquero (AOP, por sus siglas en inglés) de Heal the Bay educa a los pescadores de muelles y costa en el Condado de Los Ángeles y Condado de Orange, sobre los riesgos de consumir pescados contaminados con DDT y PCB. Creado en el 2003, AOP es un componente del Programa Educacional sobre la Contaminación de Peces (FCEC, por sus siglas en inés) y administrado por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) como parte de un programa de educación pública y divulgación.

Realmente no es justo pedirles a los pescadores o cualquier persona que cambien su comportamiento de esta manera, pero muy pocos aspectos de la contaminación son justas. Si bien los COP son una preocupación mundial, está claro que la mayoría de los impactos de esta contaminación en la salud pública, incluidos el cáncer y los trastornos reproductivos, son desproporcionadamente experimentados por las comunidades de primera línea, que son comunidades compuestas principalmente por personas de color y/o de estatus socioeconómico más bajo.

Ahora, volviendo a la pregunta sobre la piel de pescado. Los COP son una amenaza particular en los peces porque los ecosistemas marinos y los de agua dulce son reservorios importantes de contaminantes persistentes. Los COP son arrastrados a cuerpos acuáticos por escorrentía, viento u otros medios y permanecen en esos ecosistemas secuestrados en los sedimentos orgánicos. Estos sedimentos a veces se conocen como “sumideros” porque pueden albergar COP durante cientos de años, excepto cuando son introducidos en la cadena alimenticia por los peces que se alimentan de los fondos.

Al subir por la cadena alimenticia, estos productos químicos orgánicos se concentran a niveles que pueden ser mucho más altos que el que se encuentra en el agua (también conocida como bioacumulación). Si hay contaminación microplástica en el agua, los COP se adherirán al plástico, se concentrarán más allá y generarán riesgos de concentraciones mayores de COP que ingresen a la cadena alimenticia.

Los peces absorben principalmente los COP de los sedimentos a través de sus vías digestivas y branquias, y solo en pequeña medida a través de su piel. Una vez dentro del cuerpo, los COP son rápidamente “atrapados” por las grasas, donde se disuelven fácilmente para su almacenamiento a largo plazo. Las reservas normales de grasa en los peces (y en los humanos) se encuentran en el hígado y la grasa subcutánea, que es la capa de grasa directamente debajo de la piel y que desempeña un papel en la regulación de la temperatura. Cuando la grasa se descompone debido al hambre u otros factores, los COP se liberan en el torrente sanguíneo y causan daño.

Dicho esto, no es técnicamente la piel del pez lo que almacena los contaminantes, sino la capa subcutánea de grasa justo debajo de la piel. Al quitar la piel del pescado, se elimina esta capa de grasa donde se almacenan los COP. Curiosamente, estas moléculas se comportan y se almacenan de manera similar una vez que ingresan al cuerpo humano a través de su tracto digestivo.

En caso de que esta información te haga sentir mal, Los Ángeles está tomando medidas para reducir la contaminación. Es casi imposible eliminar los COP de nuestro medio ambiente y vida silvestre, por lo que el objetivo es evitar que ingresen más. Existe la esperanza de que el próximo permiso de drenaje pluvial, también conocido como el permiso municipal de alcantarillado pluvial (MS4, por sus siglas en inglés), sea lo suficientemente fuerte y ejecutable como para reducir la contaminación local mediante la regulación de la descarga industrial de aguas residuales en los desagües pluviales. Afortunadamente, una reciente decisión de la Corte Suprema tomada en abril de 2020 (19) reforzó los estándares regulatorios de los permisos MS4 al decir que aplican a las aguas residuales vertidas en las aguas subterráneas, así como a los desagües pluviales.

¿Como puedes ayudar? Lo mejor que puedes hacer es educarte sobre qué peces son seguros para la pesca,  cuales se pueden comer en Los Ángeles y cómo prepararlos de manera segura. Posiblemente, lo mejor que puedes hacer, es comunicarte con la Junta de Agua local y expresar tu apoyo a un simple, transparente, medible y exigible permiso MS4, para reducir la cantidad de nuevos contaminantes que ingresan a nuestro medio ambiente. Lee nuestro blog reciente sobre el permiso MS4 para aprender más información y regístrate para mantenerte actualizado sobre los llamados de acción del MS4 (22).


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Due to COVID-19, the recent closure of all Southern California piers was a major issue for subsistence anglers. As piers now begin to reopen, Heal the Bay’s Angler Outreach Program Manager, Frankie Orrala, gives tips on consuming seafood that is healthy and sustainable. 

Staying healthy during COVID-19 is extremely important. Not only should we accommodate social distancing, wear facial coverings when out, and practice good sanitation, but we should also pay attention to the food we put in our bodies. Here are some helpful tips on how to eat healthy and sustainable seafood now and in the future.

Where does seafood sold in the US come from?

Fisheries in the United States are generally well managed thanks to the federal Magnuson-Stevens Act and the California Marine Life Protection Act. However, the US imports over 90 percent of its seafood from abroad, and unfortunately the bulk of it comes from places with weak fisheries management systems or from areas experiencing human rights abuses. When shopping for fish or seafood, it can be difficult to trace a product back to the source in order to understand local management practices and regulations.

How to shop for healthy and sustainable seafood

When purchasing seafood that is labeled with the source location, use Seafood Watch and the Marine Resources Stewardship Council to see if the seafood has been caught sustainably.

Another good way to get sustainably caught fish is by eating seafood sourced locally, especially here in California. Even in the US some fish can be non-sustainably caught, contaminated, or otherwise unhealthy to consume. So it is always best to check Seafood Watch and the Marine Resources Stewardship Council as well as ask your seafood provider if more information is available.

Best practices for fishing in SoCal

In Southern California, many fish caught from local piers are contaminated with DDT and PCBs. Some examples of such fish are white croaker, barred sand bass, barracuda, topsmelt, and black croaker. The best way to avoid eating these contaminants is to choose fish that are deemed healthy to eat and consume only the fillet of certain fish from this area. By eating only the fillet and removing the skin, the organs, and fatty parts of the fish, you can reduce the level of these chemicals and avoid possible negative health effects. People who regularly eat contaminated fish face greater health risks because of prolonged exposure to toxic chemicals.

Heal the Bay’s Angler Outreach Program, through the Fish Contamination Education Collaborative (FCEC), educates pier anglers about the risks of consuming contaminated fish and how they can protect their health. However, not only anglers are exposed to these contaminated fish – some of these fish appear in local markets for consumer purchase.

It’s important to note that exposure to DDT and PCBs will not make people immediately sick. Continuous, low level exposure may build up in the body and increase risk of developing health problems such as chronic health conditions, liver damage, decreased ability to fight diseases, reproductive harm, neurological effects, and developmental effects.

To learn more about eating healthy fish, visit www.pvsfish.org and check out the video below from the FCEC on how to prepare your fish safely.


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angler outreach los angeles county

Mantenerse saludable durante la pandemia de COVID-19 es extremadamente importante. No solo debemos practicar pautas de distancia social y buen saneamiento, sino que debemos prestar atención a los alimentos que llevamos a nuestra mesa. Siga leyendo para aprender cómo comer pescados saludables y sostenibles ahora y en el futuro.

La pesca en los Estados Unidos generalmente está bien administrada, gracias a la Ley Federal Magnuson-Stevens y Ley de Protección de la Vida Marina de California . Sin embargo, EE. UU. importa más del 90 por ciento de sus productos pesqueros del extranjero, y puede ser difícil rastrear esos productos. Muchos de ellos provienen de países con una gestión pesquera débil y de lugares con problemas pesqueros o violaciones de los derechos humanos. Cuando compre mariscos en el extranjero, usa recursos como el de Seafood Watch y el Marine Resources Stewardship Council para ayudarte a encontrar mariscos que hayan sido capturados de manera sostenible. Una de las mejores maneras de garantizar la captura sostenible de pescado es comiendo localmente, especialmente aquí en California. Sin embargo, algunos de los peces en nuestros mares locales están contaminados y no son saludables para el consumo.

En el sur de California, muchos de los peces capturados de muelles están contaminados con DDT y PCB, como la corvineta blanca, cabrilla, barracuda, pejerrey y corvineta negra. La mejor manera de evitar comer estos peces con estos contaminantes, es elegiendo ciertos peces de esta área que sean saludables para el consumo y solo el filete.

Al comer solo el filete y eliminando la piel, visceras y partes grasosas del pescado, podríamos reducir el nivel de estos químicos y evitaríamos posibles efectos negativos para la salud. Las personas que comen pescado contaminado regularmente enfrentan mayores riesgos de salud debido a la exposición prolongada a estos químicos. El Programa Educacional Pesquero de Heal the Bay, a través del Grupo Educacional sobre la Contaminación de Peces (FCEC, por sius siglas en inglés), educa a los pescadores de muelles sobre los riesgos de consumir pescado contaminado y cómo pueden proteger su salud. Sin embargo, no tienes que ser un pescador para exponerte a estos peces contaminados: algunos de ellos han aparecido en mercados locales para la compra del consumidor.

Es importante tener en cuenta que la exposición al DDT y PCB no enfermará a las personas de inmediato. La exposición continua de bajo nivel puede acumularse en el cuerpo y aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud, como riesgos de contraer cáncer, mayores problemas de salud no cancerosos pero crónicos, daño hepático, disminución de la capacidad para combatir enfermedades, daño reproductivo, efectos neurológicos y efectos durante el desarrollo.

Desafortunadamente, la pesca en los muelles del sur de California se ha convertido en un problema importante para los pescadores de subsistencia debido al problema que enfrentamos con COVID-19 y el cierre de todos los muelles. A medida que los muelles comiencen a reabrir, esperamos que los pescadores y todos los que aman comer pescado tomen decisiones saludables al informarse sobre los problemas de contaminación de los peces y la sostenibilidad.

Para obtener más información sobre cómo comer pescado saludable, visite www.pvsfish.org y consulte el siguiente enlace del FCEC sobre cómo preparar su pescado de manera segura:


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Heal the Bay’s Angler Outreach Program Manager, Frankie Orrala, shares the program’s positive impacts and successes from over the last 17 years.

Heal the Bay’s Angler Outreach Program (AOP) is celebrating 17 years! This program is designed to educate pier and shore anglers in Los Angeles and Orange County about the risks of consuming fish contaminated with toxins such as dichloro-diphenyl-trichloroethane (DDT) and polychlorinated biphenyls (PCBs). Created in 2003, AOP is a component of the Fish Contamination Education Collaboration (FCEC) and managed by the US Environmental Protection Agency (EPA) as part of a far-reaching public education and outreach program. Notably, the program also works in association with federal and state agencies as well as local community organizations.

The FCEC was established to address a major contamination site (aka Superfund site) off the coast of Los Angeles, along the Palos Verdes shelf. DDT and PCBs were historically discharged into the ocean near the Palos Verdes Peninsula, pollution which still exists in the sediment today. These toxins can travel through the food chain into fish and potentially have negative impacts on human health if the fish are eaten; certain species of fish and certain areas are more likely to be contaminated.

The goal of the AOP is to educate anglers about this contamination and share which fish should be avoided. During visits to different piers in Southern California, Heal the Bay’s educational team has interacted with diverse fishing communities and outreach is conducted in multiple languages. Heal the Bay is proud to have a team of bilingual staff who have educated Southern California pier anglers in multiple languages, including: Spanish, Chinese, Tagalog, Vietnamese, Khmer and Russian.

Since its inception 17 years ago, Heal the Bay’s AOP team has educated more than 170,000 pier anglers. Along the way, we have heard many stories and learned a lot about the people who frequently fish on our local piers. We appreciate these anglers and the knowledge and experiences they share with us.

Awards Received at the National Level

In 2009, the EPA presented two prestigious awards to the Fish Contamination Education Collaborative. FCEC was recognized for its work to protect the most vulnerable populations in Southern California from the health risks of consuming fish contaminated with DDT and PCBs; the other award was given to Heal the Bay and all FCEC partners in Los Angeles for Achievement in Environmental Justice.

On behalf of the AOP and Heal the Bay, I traveled to Washington D.C.  to receive the distinguished award in recognition of Citizen Excellence in Community Involvement. This award is presented annually to an individual or community group working with a Superfund team for outstanding achievements in the field of environmental protection.

Heal the Bay was thrilled to be selected to present to the FCEC among other national projects. The recognition was significant as it confirmed Heal the Bay’s work is truly protecting the health of all people, especially communities with economic and social disadvantages.

 

2009 Award Winner: Frankie Orrala of Heal the Bay receiving the Citizen Excellence in Community Involvement and Environmental Justice Achievement Awards

In addition to accepting this award in Washington D.C, in 2009, I traveled to Ecuador in South America, along with scientists from the National Fisheries Institute (Instituto Nacional de Pesca) as well as professors, researchers and students from the University of Guayaquil. We came together to talk about FCEC’s efforts to monitor pollution and educate the public about its effect on human and environmental health.

The international interest our program receives is an honor; the AOP team is busy building on these relationships and with more communities as they are facing similar problems as Southern California.

Continuing to advance environmental justice is a critical objective of our work. Moving forward, Heal the Bay’s AOP program remains committed to educating and protecting chronically underserved populations in the region, many of whom are exposed to higher rates of pollution compared to the general population.

In closing, there are many reasons for the AOP team’s continued success, from our great team members to the communities we work with, to the experts who are providing us with advice. All of it wouldn’t be possible without Heal the Bay’s dedicated supporters and for that we say THANK YOU!


To learn more about our program, visit www.pvsfish.org and if you want to join our bilingual team call us at 310-451-1500 or visit our site at www.healthebay.org

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El Programa Educacional Pesquero de Heal the Bay (AOP, por sus siglas en inglés) es un programa educativo dirigido a los pescadores de muelles y zona costera de los Condados de Los Angeles y Condado de Orange sobre los riesgos de consumir pescado contaminado con toxinas como el dicloro-difenil-tricloroetane (DDT) y los bifenilos policlorinados(PCBs). AOP es un componente del Grupo Educacional sobre la Contaminación de Peces (FCEC), por sus siglas en inglés) creado en el 2003 y administrado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) como parte de un programa de educación pública, en asociación con otras agencias federales, estatales, y organizaciones comunitarias locales. 

El FCEC se estableció porque hay un sitio importante de contaminación (o sitio Superfund) frente a la costa de Los Angeles en la plataforma de Palos Verdes. El DDT y PCB se descargaron hisóricamente en el océano cerca de la península de Palos Verdes y todavía permanecen en el sedimento. Estas toxinas pueden viajar a través de la cadena alimenticia hacia los peces y potencialmente tener impactos negativos en la salud humana. Ciertas especies de peces y ciertas áreas tienen más probabilidades de estar contaminadas.

El objetivo del AOP es educar a los pescadores sobre la contaminación y qué peces deben evitarse. A lo largo de nuestras visitas a diferentes muelles en el sur de California, nuestro equipo educativo ha interactuado con diversas comunidades pesqueras. La divulgación se realiza en varios idiomas; Por esta razón, el equipo de Heal the Bay cuenta con un personal bilingüe que ha cubierto, con el tiempo, todos los diferentes grupos de pescadores de muelle del sur de California en varios idiomas, incluidos: español, chino, tagalo, vietnamita, camboyano y ruso.

Desde los inicios del programa, el equipo de Heal the Bay ha educado a más de 170,000 pescadores de muelles. Como tal, hemos escuchado muchas historias y aprendido mucho sobre las personas que frecuentemente pescan en nuestros muelles locales. Apreciamos a estos pescadores que comparten con nosotros sus conocimientos y experiencias.

Premios recibidos a nivel nacional

En 2009, la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. otorgó dos prestigiosos premios al Grupo Educacional sobre Contaminación de Peces. Para ese entonces, viajé hasta Washington D.C. para recibir tan distinguido reconocimiento a la Excelencia Ciudadana en Participación Comunitaria. Este premio se entrega anualmente a un individuo o grupo comunitario que trabaja con un equipo de sitios Superfund por los logros sobresalientes que se hayan realizado en el campo de la protección ambiental. El FCEC fue reconocido por su trabajo por proteger a las poblaciones más vulnerables del sur de California de los riesgos de salud que implica consumir pescados contaminado con DDT y PCB. El otro premio fue otorgado a Heal the Bay y a todos los socios de FCEC en Los Ángeles por Logro en Justicia Ambiental.

Este reconocimiento es significativo para Heal the Bay porque muestra que estamos logrando nuestro objetivo de proteger la salud para todos, especialmente a las comunidades con desventajas económicas y sociales. Heal the Bay tuvo el honor de ser seleccionado y representar a FCEC de una serie de proyectos nacionales. La justicia ambiental es un componente principal de nuestro trabajo, ya que nos centramos en segmentos de la población que con demasiada frecuencia se descuidan.

 

Ganador del Premio 2009: Frankie Orrala de Heal the Bay recibió los Premios a la Excelencia Ciudadana en Participación Comunitaria y Logro en Justicia Ambiental.

Además de aceptar este premio en la capital, también viajé a Ecuador en América del Sur, junto con científicos del Instituto Nacional de Pesca y profesores, investigadores y estudiantes de la Universidad de Guayaquil. Nos reunimos y hablamos de los esfuerzos de FCEC para monitorear la contaminación y educar al público sobre su efecto en la salud humana y ambiental. El interés internacional de nuestro programa es un honor, y esperamos construir más relaciones en el futuro con comunidades que enfrentan problemas similares que tenemos en el sur de California.

Hay muchas razones para nuestro éxito continuo del programa AOP de Heal the Bay, desde los miembros de nuestro gran equipo, comunidades con las que trabajamos, hasta de los expertos que nos brindan asesoramiento. ¡Todo esto no sería posible sin nuestros seguidores y por eso te lo agradecemos!


Para obtener más información sobre nuestro programa, visite www.pvsfish.org y si deseas unirte a nuestro equipo bilingüe llámenos al 310-451-1500 o visita nuestro sitio www.healthebay.org

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